Evangelios

La lección detrás de la maldición de la higuera

La historia de Jesús maldiciendo la higuera se encuentra en los Evangelios de Mateo (Mt. 21:18-22) y Marcos (Mr. 11:12-14, 20-25). Según los relatos, durante la Semana Santa, Jesús y sus discípulos estaban caminando hacia Jerusalén y se encontraron con una higuera sin frutos. Jesús, al acercarse a la higuera, maldijo la higuera diciendo: «¡Nunca más vuelvas a dar fruto!» (Mt. 21:19).

Según los relatos bíblicos, el momento en que Jesús maldijo la higuera fue en la mañana después de su entrada triunfal a Jerusalén (Mt. 21:1-11; Mr. 11:1-11). Así, aunque los evangelios no especifican el día exacto de la semana en que sucedió este evento, podemos suponer que la maldición de la higuera tuvo lugar el lunes por la mañana. En ambos evangelios, se relata que Jesús maldijo la higuera en un momento en que tenía hambre y se acercó a la higuera buscando frutos, pero no encontró ninguno.

«Viendo a lo lejos una higuera que tenía hojas, fue a ver si hallaba algún fruto. Cuando llegó a ella solo encontró hojas, porque no era tiempo de higos» (Mr. 11:13).

¿Por qué maldijo Jesús la higuera?

Los higos son árboles de hoja caduca, lo que significa que pierden sus hojas en otoño y crecen nuevas hojas en la primavera siguiente. Durante el verano, cuando los higos están produciendo frutos, también tienen hojas verdes y frondosas para realizar la fotosíntesis y proporcionar nutrientes y energía a la planta. La presencia de hojas en la higuera que Jesús maldijo, indicaba que la planta debía tener frutos, si bien —tal como los evangelistas especifican— no era época de higos.

La higuera a la que Jesús se acercó buscando frutos, entonces, había dado una apariencia engañosa, y la maldijo. Esta acción de Jesús sorprendió a sus discípulos, pero en especial cuando regresaron al lugar al día siguiente y vieron que la higuera se había secado por completo (Mr. 11:20-21). La acción de Jesús maldiciendo la higuera puede verse como una parábola viviente, con la higuera representando a aquellos que no daban frutos espirituales. ¿Pero quiénes?

La lección de la maldición de la higuera
«Por la mañana, cuando pasaban, vieron la higuera seca desde las raíces» (Mr. 11:20).

Las personas detrás de la higuera

Recordemos que este incidente ocurre poco después de que Jesús entra triunfalmente en Jerusalén, el centro de la vida espiritual y religiosa del pueblo de Israel, y expulsa a los comerciantes del templo (Mt. 21:12-13). Al maldecir la higuera, Jesús estaba mostrando su poder divino y su juicio sobre la falta de fe y la hipocresía de los líderes religiosos y el pueblo de Israel en general. La higuera sin frutos también simbolizaba la falta de arrepentimiento y el rechazo de Jesús como Mesías por parte de los líderes religiosos y el pueblo de Israel.

En varias ocasiones durante su ministerio, Jesús señaló la hipocresía y falsa religiosidad de los líderes de Israel y de la gente que los seguía. Por ejemplo, en este pasaje:

«Se acercaron a Jesús algunos fariseos y maestros de la ley que habían llegado de Jerusalén, y le preguntaron:

—¿Por qué quebrantan tus discípulos la tradición de los ancianos? ¡Comen sin cumplir primero el rito de lavarse las manos!

Jesús les contestó:

—¿Y por qué ustedes quebrantan el mandamiento de Dios a causa de la tradición? Dios dijo: “Honra a tu padre y a tu madre”, y también: “El que maldiga a su padre o a su madre será condenado a muerte”. Ustedes,
en cambio, enseñan que un hijo puede decir a su padre o a su madre:
“Cualquier ayuda que pudiera darte ya la he dedicado como ofrenda a
Dios”. En ese caso, el tal hijo no tiene que honrar a su padre. Así por causa de la tradición anulan ustedes la palabra de Dios. ¡Hipócritas! Tenía razón Isaías cuando profetizó de ustedes:

“Este pueblo me honra con los labios,

    pero su corazón está lejos de mí.

En vano me adoran;

    sus enseñanzas no son más que reglas humanas”» (Mt. 15:1-9).

En la misma Semana Santa, tal vez el mismo día que la higuera se encontró seca, Jesús los denunció públicamente y pronunció una serie de «ayes» (ay es una palabra muy propia del lenguaje de los profetas y que anuncia juicio) sobre el liderazgo religioso de Israel. Entre otras cosas, les dijo:

«¡Ay de ustedes, maestros de la ley y fariseos, hipócritas!, que son como sepulcros blanqueados. Por fuera lucen hermosos, pero por dentro están llenos de huesos de muertos y de podredumbre. Así también ustedes, por fuera dan la impresión de ser justos, pero por dentro están llenos de hipocresía y de maldad» (Mt. 23:27-28).

Israel como plantas frutales en la Biblia

En la historia bíblica, no sería la primera vez que Dios utilizara la imagen de una planta frutal para referirse a Israel. Esta higuera que Jesús maldijo «tiene sus raíces» muy profundas en el Antiguo Testamento. En la Biblia, especialmente en el Antiguo Testamento, la imagen de la higuera y otras plantas y árboles frutales se utilizan para referirse a Israel en varios pasajes, y por lo general con un tono de decepción divina. Algunos de esos pasajes son:

  1. Viña e higuera estéril: En Jeremías 8:13, el profeta Jeremías describe a Israel como una viña y una higuera estéril que no produce frutos. La metáfora se utiliza para mostrar que Israel no está cumpliendo con su propósito y su deber como pueblo elegido de Dios.
  2. Viña salvaje: En Isaías 5:1-7, se utiliza la metáfora de una viña salvaje para describir la rebeldía y la falta de fidelidad de Israel hacia Dios. Dios había plantado a Israel como una viña noble, pero en lugar de producir buenos frutos, Israel produjo frutos amargos.
  3. Olivo: En Romanos 11:17-24, se compara a Israel con un olivo. El apóstol Pablo utiliza esta imagen para explicar cómo los gentiles, que antes estaban separados de Dios, pueden ser injertados en el pueblo de Dios por medio de la fe en Cristo.
  4. Vid: En Salmos 80:8-16, se utiliza la imagen de la vid para describir a Israel. El salmista habla de cómo Dios sacó a Israel de Egipto y la plantó como una vid en la tierra prometida, pero Israel ha sido cortada y quemada por sus enemigos debido a su desobediencia.
  5. Granada: Si seguimos la posible interpretación del Cantar de los Cantares como una alusión a la relación entre Dios y su pueblo del pacto, en Cantares 4:13-14 se menciona la granada como una metáfora de la belleza y la fecundidad de Israel, la «esposa» de Dios. El amado compara a su amada con un jardín de granadas, lo que sugiere que ella es una fuente de vida y abundancia.

Estos son solo algunos ejemplos de cómo se utilizan las plantas y los árboles para referirse a Israel en la Biblia, especialmente en el Antiguo Testamento.

Aprendamos la lección de la higuera

En resumen, podemos considerar la acción de Jesús al maldecir la higuera como una parábola viviente y un ejemplo del juicio divino sobre la falta de fe y la hipocresía, y una enseñanza simbólica sobre la importancia de dar frutos espirituales. Jesús está usando la higuera como una metáfora de aquellos que parecen estar vivos y fructíferos espiritualmente, pero en realidad no tienen vida verdadera ni producen frutos que sean de valor espiritual.

La lección es que ser el pueblo de Dios no se trata solo de apariencias externas, sino de producir
frutos espirituales y vivir una vida auténtica y comprometida con los valores bíblicos. La maldición de la higuera es un llamado a los creyentes para que produzcan frutos y no se conformen con apariencias religiosas vacías.

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