Libros de Poesía y Sabiduría

El libro de los Salmos: Un tapiz poético de colores y texturas

Salmos

El libro de los Salmos, una colección poética y espiritual que se encuentra en el corazón mismo del Antiguo Testamento, ha sido desde siempre muy querido y el favorito de numerosos lectores de la Biblia. Su belleza poética y su profunda conexión con las emociones humanas han cautivado a generaciones de personas en su búsqueda de inspiración espiritual. Siendo el más representativo de los Libros Poéticos de la Biblia, este tesoro literario y espiritual ha tocado el corazón de innumerables personas a lo largo de los siglos, brindándoles consuelo, fortaleza y una vía para la comunicación íntima con Dios.

Sin embargo, los Salmos también ha sido malinterpretado a menudo al leerlos todos como iguales. Pero como veremos, el libro de los Salmos no se trata de una recopilación homogénea de alabanzas y oraciones, y su verdadera naturaleza revela una diversidad asombrosa. Los Salmos son como un tapiz tejido con hilos de diferentes colores, texturas y emociones, cada uno con una historia única, que puede ir desde el éxtasis más jubiloso hasta la angustia más desgarradora.

Al comprender esta riqueza y explorar los detalles intrincados de los diferentes Salmos, podemos «desbloquear» su potencial más completo y encontrar en ellos una fuente inagotable de sabiduría, consuelo y profunda conexión con el Dios infinito que adoramos. En este artículo, exploraremos las múltiples facetas del libro de los Salmos, descubriendo los matices que lo hacen único y cómo podemos aprovechar mejor su lectura y estudio para enriquecer nuestra vida espiritual.

Datos introductorios de los Salmos

Autor, fecha y ubicación histórica

Cuando se considera la pregunta: «¿Quién escribió los Salmos?», mucha gente piensa automáticamente en David, el joven pastor de ovejas que se levantó hasta llegar a ser el rey más grande de Israel. Y no es para menos, porque él también fue conocido como el «dulce cantor de Israel» (2 Sam. 23:1). Pero aunque claramente David escribió muchos de los Salmos, también hay que saber que él no fue el autor de toda la colección.

  • Los Salmos 72 y 127 se atribuyen a Salomón, hijo y sucesor de David.
  • El Salmo 90 es una oración de Moisés.
  • Otro grupo de 12 Salmos (Sal. 50 y 73-83) se atribuyen a la familia de Asaf.
  • Los hijos de Coré escribieron 11 Salmos (Sal. 42; 44-49; 84-85; 87-88).
  • A la vez, el Salmo 88 se atribuye a Hemán, mientras el Salmo 89 a Etán, ambos ezraítas.

Con la excepción de Moisés y Salomón, todos estos autores adicionales de los Salmos eran sacerdotes o levitas, que tenían la responsabilidad de proveer música para el culto en el santuario durante el reinado de David (cf. 1 Crón. 25). Además, hay cincuenta Salmos que no señalan a ninguna persona específica como autor, y probablemente fueron escritos o recopilados por diversas personas.

Cuando examinamos con cuidado la cuestión del autor y los temas que tocan los Salmos mismos, nos damos cuenta que abarcan un período de varios siglos. El Salmo más antiguo de la colección es casi con seguridad la oración de Moisés (Sal. 90), que es una reflexión sobre la fragilidad del hombre en comparación con la eternidad de Dios. El Salmo más reciente probablemente sea el Salmo 137, que consiste en un lamento que claramente fue escrito en los días cuando los hebreos eran cautivos de los babilonios, entre el 586 y el 538 a. C.

Contribución teológica

En términos teológicos, podemos pensar en los Salmos como una descripción de nuestra respuesta humana a la persona, palabra y obras de Dios. A veces Dios se presenta en toda su majestad y gloria, y nuestra respuesta más natural es maravillarnos, mostrar reverencia o temor. En otros Salmos, se describe a Dios como el Señor amante y compasivo que interviene en nuestra vida, y nuestra respuesta es acogernos a su consuelo y seguridad.

Los Salmos también tienen mucho que decir de la persona y obra de Jesucristo:

  • Sería crucificado (Sal. 22)
  • Sería sacerdote según el orden de Melquisedec (Sal. 110:4; cf. Heb. 5:6)
  • Oraría por sus enemigos (Sal. 109:4; cf. Lc. 23:34)
  • Y su trono sería establecido para siempre (Sal. 45:6; cf. Heb. 1:8)

Consideración especial

Si queremos entender la naturaleza de la poesía hebrea, el libro de los Salmos nos da los mejores ejemplos en la Biblia. A diferencia de la poesía en nuestro mundo occidental, el principio sobre el cual se basa la poesía hebrea no es el ritmo ni la rima, sino el paralelismo, una frase seguida de otra que dice esencialmente lo mismo pero en forma más creativa y expresiva. Lo siguiente es un buen ejemplo de esta técnica poética:

«El Señor Todopoderoso está con nosotros;
    nuestro refugio es el Dios de Jacob» (Sal. 46:11).

En este ejemplo tenemos lo que se conoce como paralelismo sinónimo, donde la segunda frase expresa el mismo pensamiento que la primera.  Pero a veces la segunda frase introduce un pensamiento que es directamente opuesto a la primera idea, lo cual se conoce como paralelismo antitético. Aquí va un ejemplo de esto:

«Porque el Señor cuida el camino de los justos,
    mas la senda de los malos lleva a la perdición» (Sal. 1:6).

Incluso hay un tercer tipo de paralelismo en la poesía hebrea, que se puede llamar progresivo o ascendente. En este caso, parte de la primera línea se repite en la segunda, pero se añade algo más de intensidad. Por ejemplo:

«Se levantan las aguas, Señor;
    se levantan las aguas con estruendo;
    se levantan las aguas y sus batientes olas» (Sal. 93:3).

Otro recurso literario que utilizan los escritores hebreos para dar a sus Salmos un estilo y ritmo peculiar es el acróstico alfabético. Es probable que ya sepas algo sobre ello. El mejor ejemplo de esta técnica es el Salmo 119, el más largo de toda la colección, y que consta de 22 secciones diferentes de 8 versículos cada una. Cada sección va encabezada por una letra diferente del alfabeto hebreo, en orden. Es decir, en el idioma original, cada versículo de las divisiones del Salmo comienza con la letra del alfabeto hebreo que la encabeza. La mayoría de las traducciones modernas de la Biblia incluyen estas letras hebreas como parte de la estructura del Salmo. Como has de suponer, escribir un poema con este tipo de estructura requería un elevado grado de habilidad literaria.

Síntesis de los Salmos

Antes de dedicarnos a una síntesis de los Salmos, será importante señalar que lo que nosotros llamamos comúnmente el libro de los Salmos son en realidad cinco libros. Sí, en los manuscritos hebreos originales, esta extensa colección de 150 Salmos se divide en cinco secciones:

  • Libro 1 (Sal. 1-41)
  • Libro 2 (Sal. 42-72)
  • Libro 3 (Sal. 73-89)
  • Libro 4 (Sal. 90-106)
  • Libro 5 (Sal. 107-150)

 Algo muy interesante de notar sobre estas grandes secciones, es que cada una finaliza con una breve oración de alabanza o doxología. Muchas traducciones modernas conservan esta división en cinco partes.

Ahora sí, pasemos a dar un breve síntesis de los Salmos, y para ello vamos a valernos de una clasificación que los divide en diez tipos:

1. Salmos de lamento personal

En estos Salmos, el escritor se dirige a Dios y le pide que le rescate y defienda. Estos Salmos tienen los siguientes elementos:

  • Una introducción, que generalmente es un clamor a Dios
  • Un lamento
  • Una declaración de confianza en Dios
  • Una petición
  • Y una declaración o voto de alabanza

La mayoría de los Salmos son de este tipo. Por ejemplo, los Salmos 3-7; 12; 13; 22; 25-28; 35; 38-40; 42; 43; 51; 54-57; 59; 61; 63; 64; 69-71; 86; 88; 102; 109; 120; 130; y 140-143.

2. Salmos de lamento comunitario

La única diferencia con la anterior es que la nación, y no una sola persona, es quien hace el lamento. Por ejemplo, los Salmos 44; 60; 74; 80; 83; 85; 90; y 123.

3. Salmos personales de acción de gracias

En estos Salmos, el salmista reconoce públicamente la intervención de Dios en su favor. Estos Salmos agradecen a Dios por algo que ha hecho o expresan confianza por lo que hará. Al igual que los Salmos de lamento, estos Salmos de acción de gracias también tienen algunos elementos característicos:

  • Una proclamación de alabanza a Dios
  • Un resumen de la situación adversa
  • Un relato o anuncio de la liberación divina
  • Y un voto renovado de alabanza

Ejemplos de este tipo son los Salmos 18; 30; 32; 34; 40; 41; 66; 106; 116; y 138.

4. Salmos comunitarios de acción de gracias

En estos Salmos, el reconocimiento del favor de Dios la hace la nación entera y no solo una persona. Como ejemplos tenemos los Salmos 124 y 129.

5. Salmos generales de alabanza

Tal como su nombre lo indica, estos Salmos son más generales que los Salmos de acción de gracias. En ellos, los salmistas tratan de magnificar el nombre de Dios y se enorgullecen en su grandeza. Por ejemplo, los Salmos 8; 19; 29; 103; 104; 139; 148; y 150. La peculiar exclamación «¡Aleluya!» («¡Alabado sea el Señor!») está presente en varios de estos Salmos.

6. Salmos descriptivos de alabanza

A diferencia de los generales, estos Salmos de alabanza son algo más particulares, y en ellos los salmistas alaban a Dios por sus atributos y sus hechos. Por ejemplo, los Salmos 33; 36; 105; 111; 113; 117; 135; 136; 146; y 147.

7. Salmos de entronización

Estos Salmos describen el reinado soberano de Yahvé sobre todas las cosas, y algunos anuncian el reinado de Cristo. Ejemplos son los Salmos 47; 93; y 96-99.

8. Salmos de peregrinación

Conocidos también como «cantos de ascenso» o «cantos de Sion», estos Salmos los cantaban los peregrinos cuando viajaban a Jerusalén para las fiestas anuales de la Pascua, Pentecostés y los Tabernáculos. Como ejemplos tenemos los Salmos 43; 46; 48; 76; 84; 87; y 120-134.

9. Salmos reales

En la mayoría de estos Salmos, se describen los reinados de reyes terrenales de Israel (como David y Salomón) y el del Rey celestial (en Mesías). Ejemplos de este tipo son los Salmos 2; 18; 20; 21; 45; 72; 101; 110; 132; y 144.

10. Salmos sapienciales o didácticos

Estos Salmos exhortan e instruyen en el camino de la justicia. Ejemplos son los Salmos 1; 37; y 119.

Cómo aprovechar más el libro de los Salmos

Como hemos dicho anteriormente, cada uno de los 150 Salmos que tenemos en la Biblia expresan una amplia gama de nuestras emociones humanas, desde la alegría hasta la confusión, la tristeza o la esperanza. Pero al igual que en el resto de la Escritura, en cada uno de los Salmos tenemos también la revelación de Dios.

Si prestamos la debida atención a su abundante riqueza, los cristianos podemos beneficiarnos de la lectura de los Salmos de muchas maneras. Estos son algunos de los beneficios que podemos ganar de leer los Salmos:

  1. Nos ayudan a comprender el carácter de Dios. Los Salmos revelan el amor, la misericordia, la justicia y el poder de Dios. También nos muestran cómo Dios se relaciona con nosotros, como sus hijos y pueblo.
  2. Nos ayudan a expresar nuestras emociones a Dios. Los Salmos son un lugar seguro para abrir nuestro corazón a Dios, sin importar lo que estemos sintiendo. Podemos ser honestos con Dios acerca de nuestras alegrías, tristezas, anhelos, temores y esperanzas.
  3. Nos enseñan a orar. Los Salmos contienen muchos ejemplos de oración. Podemos aprender de los salmistas cómo alabar a Dios, confesar nuestros pecados, pedir ayuda y esperar pacientemente que Dios responda nuestras oraciones.
  4. Nos alientan en tiempos duros. Cuando estamos pasando por momentos difíciles, los Salmos pueden darnos esperanza y fortaleza. Con sus ejemplos y promesas, nos recuerdan que Dios está con nosotros y que nunca nos abandonará.
  5. Nos ayudan a adorar a Dios. Los Salmos son una forma hermosa y poderosa de adorar a Dios, no solo en privado sino también en comunidad. Cuando leemos y cantamos los Salmos, podemos experimentar el gozo de adorar a Dios junto con otros creyentes.
  6. Nos ayudan a apreciar más a Cristo y su obra en nuestro favor. Los Salmos también nos revelan la obra que Cristo ha hecho por nosotros. Hablan de su vida llena de justicia y sabiduría, así como de su muerte en la cruz, su resurrección de entre los muertos, su ascensión al cielo y de su reinado eterno. A medida que leemos acerca de estas cosas, llegamos a conocer más a Jesús, lo supremo de su dignidad y lo profundo de su amor por nosotros.

Si eres cristiano, te animamos a leer los Salmos regularmente. Son un recurso valioso para crecer en tu fe y profundizar tu relación con Dios.

Aquí te dejamos algunos consejos adicionales para leer mejor los Salmos:

  • Léelos despacio y con atención. No te limites a hojearlos. Toma tiempo para meditar en las palabras y deja que hablen a tu corazón.
  • Léelos en voz alta. Esto te ayudará a escuchar el ritmo y la música de los Salmos.
  • Léelos con otros creyentes. Esta puede ser una excelente manera de aprender unos de otros y de crecer en su comprensión de los Salmos.
  • Usa los Salmos en tu vida de oración. Los Salmos pueden ser una gran manera de expresar tus emociones a Dios, pedir su ayuda y alabar su nombre.

¡Esperamos que estos consejos te ayuden a aprovechar al máximo tu lectura de los Salmos!

1 comentario

  1. Dios bendiga sus vidas y les siga llenando de sabiduría para ayudar a todos los lectores de esta página bendiciones

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