Así como el Antiguo Testamento comienza con una colección de libros relacionados entre sí, los Libros de la Ley o Pentateuco, también el Nuevo Testamento comienza con una colección de libros muy especial: los Evangelios. Tal como sería imposible entender lo que ocurre en el resto del Antiguo Testamento si no tuviéramos los cinco Libros de la Ley, de igual modo sería imposible entender lo que ocurre en el resto del Nuevo Testamento si no tuviéramos los cuatro Evangelios.
Aunque semejantes en muchos sentidos, sin embargo, existen algunas diferencias significativas entre el Pentateuco y los Evangelios. Por ejemplo, mientras que el Pentateuco es más uniforme en términos de estilo y contenido, viniendo de la pluma de un solo autor —Moisés—, los Evangelios están escritos en un estilo literario diferente y utilizan diferentes fuentes para presentar la historia de Jesús, habiendo sido escritos por cuatro autores diferentes.
Conozcamos los cuatro Evangelios
La iglesia primitiva ubicó los Evangelios de Mateo, Marcos, Lucas y Juan al principio del Nuevo Testamento, lo que les permite servir como telón de fondo teológico para el resto del Nuevo Testamento. En conjunto, estos cuatro relatos proporcionan una imagen completa de la persona y la obra de Jesucristo, lo que nos acerca una comprensión más profunda y clara del personaje más singular de la historia humana. En ellos, el Señor Jesús es visto como humano y divino, siervo y soberano, Dios manifestado en carne.
LIBRO | RESUMEN |
---|---|
Mateo | Presenta a Cristo como el Maestro que es mayor que Moisés |
Marcos | Probablemente el primero de los Evangelios, tiene un enfoque en Jesús como el Siervo Sufriente (de Isaías 52:13-53:12) |
Lucas | La biografía más completa de Jesucristo, y presenta a Jesús como la piedra angular de la historia de la salvación |
Juan | el Evangelio más simbólico, que presenta a Jesús como el divino Hijo de Dios que vino a la tierra en forma humana |
¿Por qué cuatro evangelios?
Al leer los Evangelios, se puede notar que los cuatro cuentan la misma historia, pero de una manera diferente. No estamos ante una redundancia innecesaria, en lo absoluto. Los tres primeros Evangelios —Mateo, Marcos y Lucas—, conocidos como los «Evangelios sinópticos», presentan una historia paralela y un relato sinóptico (es decir, similar) de la vida de Jesús.
Parece que Mateo y Lucas conocían el Evangelio de Marcos y lo incorporaron en gran medida en sus propios Evangelios. Se cree que también tenían otro material en común conocido como la fuente «Q» (inicial de la palabra alemana Quelle, «fuente»), además de la información independiente que tenía cada uno. No hay consenso entre los eruditos sobre si Juan conocía o utilizó los Evangelios sinópticos, pero la mayoría cree que su Evangelio fue el último en ser escrito.
- El nombre de Mateo posiblemente se asignó al primer Evangelio porque la fuente «Q», que consiste en gran parte de los dichos de Jesús, era una colección suya. Sabemos que Mateo era un recaudador de impuestos, por lo que es probable que estuviera acostumbrado a hacer anotaciones y llevar registros. Su Evangelio es muy judío y refleja su interés en el cumplimiento de las profecías del Antiguo Testamento.
- El Evangelio de Marcos es el más breve y probablemente el más antiguo de los cuatro. Su estilo es pulido, los relatos son vívidos y el tono es emocionante. El apóstol Pedro se refiere a Marcos como su «hijo» (1 Pe. 5:13, Hch. 12.11-12), es decir, un discípulo suyo muy cercano, por lo que es posible que las memorias o la predicación de Pedro hayan sido preservadas en el Evangelio de Marcos, que tiene notables similitudes con la Primera Carta de Pedro.
- Lucas es el único autor gentil del Nuevo Testamento. Como uno de los compañeros de Pablo, habría absorbido la predicación del apóstol a los gentiles sobre la gracia de Dios. Por esa razón, Lucas da énfasis al alcance universal del amor de Cristo, tal como lo ilustra su preocupación por los menospreciados por el judaísmo de su época, como las mujeres y los niños, los publicanos y pecadores, los leprosos, los samaritanos y los gentiles.
- Es evidente que Juan había meditado profundamente sobre la enseñanza de Jesús. Su propio pensamiento y lenguaje se habían vuelto tan similares a los de su Señor, que es difícil distinguir en su Evangelio entre sus palabras y las de Jesús. Él mismo define el propósito de su Evangelio, que fue registrar algunas de las «señales» que Jesús hizo, para que los lectores crean en él como el Cristo, el Hijo de Dios, y reciban así la vida eterna. Fiel a su propósito, Juan reúne una cantidad de señales y testimonios para demostrar la «gloria» única de Jesús.
En resumen, los cuatro Evangelios del Nuevo Testamento presentan la misma historia de la vida de Jesús, pero cada uno desde una perspectiva única y complementaria. Los tres primeros Evangelios (Mateo, Marcos y Lucas) son sinópticos y ofrecen relatos paralelos y similares, mientras que el Evangelio de Juan tiene un enfoque más teológico y profundo. Al tener cuatro Evangelios, tenemos una visión más completa y equilibrada de la vida, milagros y enseñanza de Jesús, lo que nos ayuda a tener una comprensión más profunda y rica de nuestra fe cristiana.
A propósito, ¿tienes un favorito entre los Evangelios?
2 comentarios
Porque solamente se pusieron cuatro evangelios si hay otros discípulos de Jesús que escribieron sobre la vida y ministerio de Jesús
¡Hola, Felipe! Gracias por tu comentario; una consulta muy interesante.
La elección de los cuatro evangelios es una cuestión que ha intrigado a muchos a lo largo de la historia. Aunque no podemos conocer exactamente el motivo por el cual Dios decidió inspirar específicamente a Mateo, Marcos, Lucas y Juan para escribir los evangelios canónicos, podemos reflexionar sobre la riqueza y complementariedad que encontramos en estos relatos.
Es verdad que otros discípulos de Jesús también podrían haber escrito sobre Su vida y enseñanzas, y de hecho, hay algunos escritos apócrifos y textos no canónicos que ofrecen perspectivas adicionales. Sin embargo, los cuatro evangelios que tenemos han demostrado ser excepcionalmente armoniosos y completos en su presentación del mensaje de Jesús.
La diversidad y complementariedad entre estos evangelios revelan la sabiduría divina en la selección de estos escritores y la manera en que sus relatos se entrelazan para ofrecer una imagen completa y equilibrada de la vida y enseñanzas de Jesús. Así que, aunque podríamos preguntarnos por qué no hay más evangelios canónicos, también debemos reconocer que Dios podía habernos dado solo uno, de manera que podemos encontrar en la elección de estos cuatro una manifestación de la bondad y sabiduría de Dios en la preservación de Su mensaje para la humanidad.
Tal vez no sea la respuesta más completa, pero espero haberte ayudado. ¡Que Dios te bendiga!