Libros Históricos

¿Qué trata de enseñarnos el libro de Jueces?

El libro de Jueces es uno los más extraordinarios entre los Libros Históricos de la Biblia. Lleno de aventuras, drama y acción, sus historias incluyen horribles tragedias como gloriosos triunfos. Lastimosamente, muchos lectores de la Biblia conocen el libro de Jueces solo aisladamente, destacándose las historias de Sansón y tal vez Gedeón, pero no mucho más. ¿De qué trata el libro de Jueces y por qué deberíamos leerlo?

Datos introductorios de Jueces

Autor y fecha

Al igual que otros autores de los Libros Históricos del Antiguo Testamento, el autor de Jueces es desconocido. Las evidencias internas del libro sin embargo indican que fue escrito poco después de los acontecimientos descritos en Jueces, probablemente durante los días del rey Saúl o de David, entre los años 1050 al 1000 a. C.

Marco histórico

El libro de Jueces sigue la historia de Israel en Canaán tras la muerte de Josué. La entrada de Israel en la tierra prometida bajo el liderazgo de Josué se trató más de una ocupación paulatina que de una conquista rápida. Incluso después que la tierra fue repartida entre las doce tribus, los israelitas siguieron enfrentando la posibilidad de ser dominados por los pueblos cananeos durante un período de 300 años, desde más o menos 1375 al 1050 a. C. Este período aproximado de 300 años es lo que se conoce como la época de los jueces en la historia de Israel, en que Dios levantaba a un caudillo o jefe militar —los jueces— para librar al pueblo de sus opresores y proveer algo de dirección y gobierno.

Contribución teológica

El libro de Jueces habla de la necesidad de un libertador o salvador eterno para el pueblo de Dios. La liberación de los jueces humanos siempre fue temporal, parcial e imperfecta. Así, el libro señala hacia Jesucristo, el gran Juez (Sal. 110:6), que es Rey y Salvador de su pueblo.

Consideración especial

A muchos lectores de la Biblia les confunde el precipitado voto del juez Jefté en el libro de los Jueces. ¡Y no es para menos! Jefté prometió a Dios que si saliera victorioso en la batalla contra los amonitas, iba a ofrecer en sacrificio a cualquiera que saliera primero de su casa a saludarle cuando regresara. Yahvé le dio la victoria. Al regresar, su hija salió de la casa a saludarlo, y se vio obligado a llevar a cabo su terrible voto (Jue. 11:29-40).

La nación de Israel nunca aceptó el sacrificio humano como una forma de rendir culto a Dios. En realidad, Dios condenaba esta práctica como un mal de las naciones vecinas (Dt. 12:31; Lv. 20:2-5). ¿Cómo entender entonces lo que hizo Jefté?

Podemos ofrecer dos posibilidades:

  • La intención del autor de Jueces al narrar este hecho es la misma que tenía cuando narra los pecados y excesos de Sansón. El período de los jueces fue un tiempo de tal caos religioso y político que hasta los mejores siervos de Dios fallaron gravemente.
  • Es posible que Jefté estuviera pensando que un animal doméstico, como un cordero o una cabra, saldría de su casa a recibirlo. La tenencia de animales domésticos en el hogar, conviviendo con la familia, era común en la antigua cultura hebrea (1 Sam. 28:24). Además, no hay nada en el texto que sugiera que Jefté tenía la intención de ofrecer a un ser humano en sacrificio, y la historia es presentada como una tragedia en la que Jefté se ve obligado a cumplir su promesa sin considerar las consecuencias terribles para su familia.

Síntesis de Jueces

Ciclo de infidelidad: Deterioro (1:1—3:4)

El libro de Jueces comienza con períodos cortos de éxitos militares luego de la muerte de Josué, pero rápidamente vuelve a los repetitivos fracasos de las doce tribus en lo que respecta a la expulsión de sus enemigos. El pueblo sufre la falta de un liderazgo central y unificador, pero la razón principal de su fracaso no es otra que la falta de fe en Dios y la desobediencia (Jue. 2:1-3). La omisión y la desidia espiritual conducen al conflicto y al caos; Israel no expulsó a los habitantes de la tierra  (Jue. 1:21, 27, 29-30). Según el libro, el deterioro solo necesitó una generación para hacerse presente:

«También murió toda aquella generación, y surgió otra que no conocía al Señor ni sabía lo que él había hecho por Israel» (Jue. 2:10).

Liberaciones (3:5—16:31)

Esta sección del libro de Jueces describe siete apostasías (apartarse de Dios), siete servidumbres y siete liberaciones. Cada uno de los siete ciclos tiene cinco pasos:

  1. Pecado
  2. Servidumbre
  3. Súplica
  4. Salvación
  5. Silencio

Estos pasos también suelen describirse con las palabras rebelión, retribución, arrepentimiento, restauración y reposo. El punto es que Israel se veía atrapado en este círculo vicioso, monótono y molesto, sin aparente salida. La monotonía de los pecados de Israel, sin embargo, se puede contrastar con la creatividad de Dios en sus actos libertadores por medio de sus siervos, entre ellos: Débora, Gedeón y Sansón.

Jueces
La liberación de los jueces humanos siempre fue temporal, parcial e imperfecta. Así, el libro de Jueces señala hacia Jesucristo, el gran Juez (Sal. 110:6), que es Rey y Salvador de su pueblo.

Depravación (17:1—21:25)

Estos capítulos finales de Jueces ilustran: (a) la apostasía religiosa (caps. 17 y 18) y (b) la depravación social y moral (caps. 19—21) durante el período de los jueces. Los capítulos 19—21 contienen una de las peores historias de degradación moral en la Biblia. El libro de Jueces termina con una clave para entender este peculiar período de la historia de Israel: «Cada uno hacía lo que le parecía mejor» (Jue. 21:25).

Claves de Jueces

  • Palabra clave: Ciclos. El libro de Jueces se escribió principalmente sobre una base temática más que sobre una base cronológica (los eventos de los caps. 16—21 en realidad preceden a los de los caps. 3—15). El autor usa relatos de diversos jueces para probar el completo fracaso de vivir según el versículo final del libro: «Cada uno hacía lo que le parecía mejor» (Jue. 21:25). Para lograr esto, el autor se vale de un ciclo de cinco puntos (pecado, servidumbre, súplica, salvación y silencio) para narrar la repetitiva espiral de desobediencia, destrucción y derrota.
  • Versículo clave: Jueces 2:20, 21; 21:25
  • Capítulo clave: Jueces 2. El capítulo 2 de Jueces es una miniatura de todo el libro al registrar la transición de la generación piadosa a la impía, el formato de los ciclos y el propósito de Dios al permitir la permanencia de los cananeos en la tierra.

Por qué leer el libro de Jueces

Es importante para los cristianos conocer el libro de Jueces porque:

  1. Nos enseña sobre la fidelidad y la soberanía de Dios, incluso en medio de la desobediencia y la apostasía de su pueblo. También muestra la necesidad de un líder piadoso que conduzca al pueblo a obedecer a Dios y muestra las consecuencias de la falta de liderazgo y obediencia.
  2. Además, el libro de Jueces presenta varios héroes y heroínas de la fe, como Gedeón, Débora y Sansón, quienes a pesar de sus debilidades y errores, confiaron en Dios y fueron usados por Él para lograr la liberación de su pueblo. Estos personajes nos inspiran a confiar en Dios y a ser fieles a Él, incluso en medio de las pruebas y tentaciones.
  3. Sobre todo, la historia del libro de Jueces apunta a la necesidad de un líder justo y perfecto que conduzca al pueblo en la obediencia a Dios y los proteja de sus enemigos. Este líder es Jesucristo, quien es el Rey de reyes y Señor de señores, y es el único que pudo librar al pueblo del pecado y de la muerte.

En resumen, conocer el libro de Jueces ayuda a los cristianos a comprender mejor la fidelidad y la soberanía de Dios, la importancia del liderazgo piadoso y la obediencia a Dios, y nos inspira a confiar en Dios y ser fieles a Él, al mismo tiempo que nos apunta a Jesucristo como el líder perfecto y libertador que el pueblo de Dios necesitaba. Al conocer y estudiar el libro de Jueces, los cristianos podemos ver cómo la historia del Antiguo Testamento apunta hacia la obra redentora de Jesucristo en el Nuevo Testamento.

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