Cartas Paulinas

Filipenses y el secreto de un gozo inquebrantable

La Carta del apóstol Pablo a los Filipenses es una obra única dentro del Nuevo Testamento. A diferencia de algunas de sus otras epístolas, donde aborda cuestiones doctrinales o corrige problemas específicos en las iglesias, la Carta a los Filipenses resplandece con un tono de alegría y gratitud. A través de sus palabras, Pablo transmite un mensaje de gozo en medio de la adversidad, una lección que ha trascendido el tiempo y que ha resonado profundamente en el corazón de los lectores de la Biblia a lo largo de los siglos.

En esta entrada, exploraremos el trasfondo histórico y los temas principales de la Carta a los Filipenses, y examinaremos cómo su mensaje de alegría y unidad sigue siendo relevante para la iglesia en el mundo contemporáneo. Además, analizaremos la conexión de la carta con otras partes del Nuevo Testamento, destacando cómo las enseñanzas de Jesús sirven como un fundamento para las exhortaciones de Pablo en Filipenses. A través de estos párrafos, esperamos descubrir juntos la fuente de la verdadera alegría, que trasciende las circunstancias externas y encuentra su raíz en una relación viva con Cristo.

Datos introductorios de Filipenses

Autor y fecha

No se puede dudar que Filipenses fue escrito por Pablo, ya que toda la carta lleva el sello inconfundible de su lenguaje y estilo. El escenario presenta a Pablo quien se encuentra encarcelado, y los destinatarios corresponden a lo que conocemos de la iglesia en Filipos.

El libro de los Hechos relata que durante su segundo viaje misionero, por el año 49 d. C., Pablo sintió que el Señor lo llamaba para visitar la provincia de Macedonia (Hch. 16:6-10). Una vez allí, en la ciudad de Filipos fundó la primera congregación cristiana de Europa (Hch. 16:11-40). A raíz de los emocionantes eventos que se vivieron durante el corto tiempo de fundación de esta iglesia, entre los filipenses y Pablo se estableció una relación de apoyo que duró toda la vida (Fil. 1:5; 4:15). El apóstol visitó la iglesia nuevamente durante su tercer viaje misionero (Hch. 20:1, 6).

Cuando Pablo escribe esta carta a los filipenses, Pablo estaba en prisión en Roma, a la espera de su juicio, tal vez por el año 60 d. C. (Fil. 1:7). También en esta ocasión, los cristianos de Filipos acudieron en ayuda de Pablo enviándole una donación, quizás en dinero, por medio de uno de sus miembros y obrero, Epafrodito (Fil. 4:18). Durante su estadía con Pablo, Epafrodito enfermó gravemente. Pero por la misericordia de Dios se recuperó, y Pablo ahora lo manda de regreso a Filipos, enviando con él esta carta para aliviar la ansiedad de los filipenses por su amado colaborador (Fil. 2:25-30).

Contribución teológica

Los pensamientos de Pablo en esta epístola se enfocan en la vida cristocéntrica, distintivo de lo cual en toda la carta es el gozo. Pablo lo ha rendido todo a Cristo y puede decir: «Para mí el vivir es Cristo» (Fil. 1:21), se declara «prisionero de Cristo» (Fil. 1:13), desea exaltar a Cristo «ya sea que viva o muera» (Fil. 1:20) y está dispuesto a «perderlo todo para ganar a Cristo» (Fil. 3:7-8). Puesto que el único motivo de Pablo es «conocerle» (Fil. 3:10), él se encuentra confiado en toda circunstancia ya que «todo lo puedo en Cristo que me fortalece» (Fil. 4:13). Allí radica el poder que sustenta su gozo.

Filipenses
En Filipenses, una característica distintiva de la vida centrada en Cristo es el gozo, un gozo inquebrantable.

Consideración especial

En ningún otro lugar del Nuevo Testamento se presenta el «sentir» o actitud de Cristo a los cristianos con más fuerza que en Filipenses 2:1-11. En su paternal llamado a los filipenses a estar «unánimes» (Fil. 2:2) y a que busquen la humildad en su trato unos con otros, Pablo cita el ejemplo de la humildad de Jesucristo al venir al mundo para cumplir la voluntad de Dios. A diferencia de Adán, que procuró hacerse «igual a Dios» (Gén. 3:5), Jesús no trató de aferrarse a su privilegio de igualdad con Dios. En cambio, siendo igual a Dios, «se despojó a sí mismo» (literalmente, se vació) y tomó la forma de un siervo, hasta el punto de sufrir la muerte más horrenda, crucificado como un vulgar criminal.

Claves de Filipenses

  • Palabra clave: Vivir es Cristo. En la Carta a los Filipenses es fundamental el concepto de «para mí el vivir es Cristo y el morir es ganancia» (Fil. 1:21).
  • Versículos claves: Filipenses 1:21 y 4:12.
  • Capítulo clave: Filipenses 2. Toda la verdad que nos enseña el Nuevo Testamento rara vez es tan grande como cuando vemos a Jesucristo, que siendo tan grande, decidió venir a la tierra y servir a los hombres humildemente.

Síntesis de Filipenses

Pablo explica sus circunstancias presentes (cap. 1)

Al saludo acostumbrado de Pablo (Fil. 1:1-2) lo sigue su acción de gracias, y su sincera preocupación y oración en favor de los filipenses (Fil. 1:3-11). Pablo les da a conocer las circunstancias actuales de su encarcelamiento y se goza en la difusión que está teniendo el evangelio, no solo a pesar de su situación sino también debido a ella (Fil. 1:12-26). Al considerar los posibles resultados del juicio que se aproxima, el apóstol expresa por un lado su deseo de «partir y estar con Cristo, que es muchísimo mejor» (Fil. 1:23) pero también su deseo de continuar en el ministerio. Como sea, y aunque espera seguir con ello, Pablo anima a los filipenses a permanecer firmes en vista de la oposición y la persecución (Fil. 1:27-30).

«Porque para mí el vivir es Cristo y el morir es ganancia».

Filipenses 1:21

Llamado de Pablo a tener el sentir de Cristo (cap. 2)

Pablo continúa exhortando a los filipenses a que mantengan a toda costa el espíritu de unidad y preocupación mutua entre ellos, adoptando la actitud de humildad (Fil. 2:1-4), siendo el mayor ejemplo de esta la encarnación y crucifixión de Cristo (Fil. 2:5-11). El apóstol les pide que apliquen esta actitud a sus vidas (Fil. 2:12-18), y menciona otros dos ejemplos de sacrificio que reflejan la misma actitud: los ministerios de Timoteo y Epafrodito (Fil. 2:19-30).

Llamado de Pablo a conocer a Cristo (cap. 3)

Al llegar a este punto, da la impresión como que Pablo está por terminar su carta cuando se lanza en una fuerte advertencia sobre el continuo problema del legalismo (Fil. 3:1-9). Al mismo tiempo, Pablo revela algunos datos autobiográficos acerca de sus logros anteriores en el judaísmo, y concluye que, comparado con la meta suprema de conocer a Cristo, la búsqueda anterior era peor que nada: solo basura.

Llamado de Pablo a tener la paz de Cristo (cap. 4)

En una nueva serie de exhortaciones, Pablo pide a los filipenses que tengan paz los unos con los otros y que su estilo de vida se caracterice por la reconciliación, la unidad, la alegría, la dependencia en oración y la santidad (Fil. 4:1-13). En Filipenses 4:4-9, Pablo describe los secretos de tener la paz de Dios y paz con Dios. Por último, el apóstol expresa su regocijo por la donación que ha recibido de ellos, pero explica también que el poder de Cristo le permite vivir por sobre las circunstancias (Fil. 4:10-20). La carta termina con saludos y una bendición (Fil. 4:21-23).

«Sé lo que es vivir en la pobreza y lo que es vivir en la abundancia. He aprendido a vivir en todas y cada una de las circunstancias, tanto a quedar saciado como a pasar hambre, a tener de sobra como a sufrir escasez».

Filipenses 4:12

Filipenses y los Evangelios

Si leemos la Carta a los Filipenses detenidamente, nos daremos cuenta de que tiene conexiones y temas que se entrelazan con otros libros del Nuevo Testamento, especialmente con los Evangelios. Las siguientes son algunas maneras en que podemos relacionar la Carta a los Filipenses con los Evangelios:

  1. Reflejo de la vida y enseñanzas de Jesús: Aunque la Carta a los Filipenses no contiene citas directas de los Evangelios, sí que refleja enseñanzas y actitudes que se encuentran en los relatos de la vida de Jesús. Por ejemplo, el énfasis en la humildad y el servicio en Filipenses 2:5-11 está en línea con la vida y enseñanzas de Jesús, como se encuentran en los Evangelios (Mr. 10:45; Jn. 13:14). Así también, la exaltación de Jesús «sobre todo nombre» en Filipenses 2:9-11 se conecta con las afirmaciones sobre la exaltación de Jesús que se encuentran en los Evangelios, como en Mateo 28:18, donde Jesús afirma que toda autoridad le ha sido dada en el cielo y en la tierra.
  2. La importancia de la unidad y el amor: En la Carta a los Filipenses, Pablo enfatiza la importancia de la unidad entre los creyentes y el amor mutuo. Este énfasis refleja los principios enseñados por Jesús en los Evangelios. Por ejemplo, en Juan 17:20-23, Jesús ora por la unidad de sus seguidores, pidiendo que sean uno como él y el Padre son uno. Pablo en Filipenses, al igual que Jesús en los Evangelios, enseña que el amor y la unidad entre los creyentes son fundamentales para mostrar al mundo el amor de Dios y su verdad.
  3. La dependencia en Cristo: Cuando Pablo escribe en Filipenses 4:13 que todo lo puede en Cristo que le fortalece, está expresando una profunda confianza en la capacidad y el poder de Jesús para fortalecerlo en todas las circunstancias. Este concepto también está en profunda sintonía con las enseñanzas de Jesús en los Evangelios. En Juan 15:5, Jesús les dice a sus discípulos que sin él no pueden hacer nada, instando a sus seguidores a depender totalmente de él para la vida espiritual y el servicio efectivo en el reino de Dios. Esta dependencia en Cristo es un tema recurrente en los Evangelios y se refleja en la enseñanza de Pablo en la Carta a los Filipenses.

Al resaltar estas conexiones, deseamos mostrar cómo la Carta a los Filipenses se relaciona con los temas y enseñanzas de los Evangelios, enriqueciendo así nuestra comprensión del mensaje del Nuevo Testamento en su conjunto. ¿Qué otra conexión entre Filipenses y los Evangelios puedes reconocer?

Escribe un comentario