Cartas Paulinas

1 Tesalonicenses: una guía práctica de fe, amor y esperanza

¿Sabías que la Primera Carta a los Tesalonicenses es uno de los escritos más antiguos del Nuevo Testamento? Este texto, escrito por el apóstol Pablo en respuesta al crecimiento y desafíos de una joven iglesia, nos brinda en sus cinco capítulos una visión única de la vida cristiana. A través de sus palabras, Pablo comparte su gozo y aprecio por la fe y el amor de los tesalonicenses, al tiempo que aborda temas profundos como la esperanza en la segunda venida de Cristo y la importancia de la santidad práctica.

En este artículo, exploraremos los aspectos históricos, teológicos y pastorales de 1 Tesalonicenses, observando cómo Pablo guía a esta comunidad en medio de la incertidumbre y las preguntas que los inquietaban. Además, descubriremos cómo esta carta resuena profundamente con las enseñanzas de Jesús en los Evangelios, conectando las realidades prácticas de la vida cristiana con la expectativa del reino de Dios. ¡Acompáñanos en este emocionante recorrido por una carta que sigue hablando con fuerza a los creyentes de hoy!

Datos introductorios de 1 Tesalonicenses

Autor y fecha

El vocabulario, estilo y pensamiento de las Cartas a los Tesalonicenses, que llevan el nombre del apóstol Pablo como autor (1 Tes. 1:1; 2 Tes. 1:1), son genuinamente paulinos. Es muy probable que ambas epístolas fueran escritas desde la ciudad de Corinto (1 Tes. 1:1; 2 Tes. 1:1) a fines del año 50 d. C. o a principios del 51, siendo así probablemente de los primeros escritos del Nuevo Testamento en escribirse.

Ubicación histórica

El apóstol Pablo fundó la iglesia de Tesalónica en el año 49 o 50 d. C., tal como lo registra el Libro de los Hechos, durante su segundo viaje misionero (Hch. 17:1-9). La membresía de la iglesia estaba conformada por unos pocos judíos conversos y un mayor número de personas provenientes del paganismo (1 Tes. 1:9; Hch. 17:4). Durante su ministerio allí, con el deseo de no ser carga para la nueva iglesia, el apóstol trabajó como fabricante de tiendas —sacrificándose personalmente— (1 Tes. 2:7-12) y en dos ocasiones recibió ayuda de los siempre fieles filipenses (Fil. 4:16).

Sin embargo, la estadía de Pablo en Tesalónica se vio acortada cuando los judíos inconversos reunieron a algunos alborotadores locales y se produjo un tumulto. Como resultado, Pablo se vio obligado a dejar la ciudad y huir a Berea, pero dejó a Timoteo para seguir el trabajo (Hch. 17:1-15). Separado tan bruscamente de la iglesia recién formada, Pablo escribe sus sentimientos por los tesalonicenses como uno que ha sido dejado huérfano (ver texto griego, 1 Tes. 2:17).

A salvo en Atenas, puesto que tampoco pudo permanecer mucho tiempo en Berea, Pablo envía a Timoteo (quien aparentemente se reunió con él desde entonces) de regreso a Tesalónica para fortalecer y animar a los hermanos (1 Tes. 3:2). Cuando Timoteo regresó adonde se encontraba el apóstol Pablo, quien mientras tanto había viajado a Corinto (Hch. 18:1-5), le trajo maravillosas noticias acerca del amor y la fe de los tesalonicenses. En respuesta a este alentador informe de Timoteo, es que Pablo escribió la Primera Carta a los Tesalonicenses. Evidentemente, los tesalonicenses estaban inquietos respecto a la segunda venida de Cristo, ya que Pablo también discute este tema en la segunda carta.

Contribución teológica

El apóstol Pablo escribe esta carta (al igual que la segunda) en el espíritu de un verdadero pastor. Se puede percibir que está rebosante de alegría por la entusiasta respuesta de los tesalonicenses al evangelio, y sueña con el día cuando ellos estarán junto con él en la presencia del Señor Jesús (1 Tes. 2:19-20).

Ilustrando su tierno y dedicado amor por sus lectores, el apóstol se compara con una nodriza que cuida sus propios hijos (1 Tes. 2:7) y con un padre que trabaja incansablemente en favor de su familia (1 Tes. 2:9-12). En otras palabras, él se da en cuerpo y alma a los tesalonicenses (1 Tes. 2:8) y se atreve a esperar que ellos también se den igualmente a Dios (1 Tes. 5:23).

Consideración especial

Sobre el tema de la segunda venida, Pablo les asegura que sucederá, pero no cuándo ocurrirá. Sin embargo, les revela que antes habrá una rebelión generalizada y una apostasía de la fe. Así que Pablo les exhorta a que sean sensatos durante el tiempo de tribulación y les advierte que no se desesperen cuando vean al «hombre de maldad» que pretende ser Dios (2 Tes. 2:3-4).

Claves de 1 Tesalonicenses

  • Palabra clave: Santidad a la luz de la venida de Cristo. A lo largo de esta carta hay un énfasis inconfundible sobre la necesidad de permanecer firmes en el Señor y creciendo continuamente en la fe y el amor, con la mira puesta en la segunda venida de Cristo.
  • Versículos clave: 1 Tesalonicenses 3:12-13 y 4:16-18.
  • Capítulo clave: 1 Tesalonicenses 4. El capítulo 4 incluye el pasaje central y de lenguaje más apocalíptico de la carta sobre la venida del Señor, cuando los muertos en Cristo resucitarán primero y los que queden serán arrebatados juntamente con ellos en las nubes.

Síntesis de 1 Tesalonicenses

Reflexiones personales de Pablo sobre los tesalonicenses (caps. 1-3)

El saludo típico de Pablo, en el primer versículo, combina el acostumbrado saludo griego y el hebreo de la época («gracia» y «paz»), y los enriquece con contenido cristiano. El capítulo inicial de la carta es una declaración de acción de gracias por la transformación radical de los tesalonicenses desde el paganismo a la esperanza cristiana. Las palabras fe, amor y esperanza (1 Tes. 1:3) caracterizan adecuadamente la nueva vida de estos creyentes.

En 1 Tesalonicenses 2:1-16, el apóstol repasa su breve ministerio en Tesalónica y defiende su conducta y motivaciones, para responder —aparentemente— a enemigos que tratan de impugnar su carácter y su mensaje entre los tesalonicenses. Había enviado a Timoteo a ministrarles y se siente sumamente aliviado cuando Timoteo le informa de la estabilidad de la fe y el amor de ellos (1 Tes. 2:17-3:10). En consecuencia, Pablo termina esta sección histórica con una oración para que su fe siga profundizándose (1 Tes. 3:11-13).

Instrucciones de Pablo a los tesalonicenses (caps. 4-5)

El apóstol pasa hábilmente entonces a una serie de exhortaciones a los cristianos de Tesalónica, y les recuerda su enseñanza previa sobre temas sexuales y sociales (1 Tes. 4:1-12). Arraigados en la Palabra de Dios (1 Tes. 4:13), sus lectores deben resistir las presiones constantes de una sociedad pagana.

Pablo sin duda les había enseñado sobre la segunda venida, pero ellos estaban angustiados ahora sobre la muerte de algunos de ellos. En 1 Tesalonicenses 4:13-18, el apóstol los consuela con la seguridad de que todos los que murieron en Cristo resucitarán en su parusía (presencia, venida o advenimiento). Estando a la espera del «día del Señor» (1 Tes. 5:1-11), los creyentes deben velar y ser sobrios. También deben tratarse unos a otros con integridad y de esa manera seguir creciendo espiritualmente (1 Tes. 5:12-22). Pablo termina la carta con una expresión de deseo por la santificación de ellos, tres peticiones y una bendición (1 Tes. 5:23-28).

1 Tesalonicenses y su conexión con Jesús y los Evangelios

La Primera Carta a los Tesalonicenses es un escrito fundamental en el Nuevo Testamento porque ofrece una perspectiva pastoral de Pablo hacia una comunidad joven en la fe, mientras aborda temas esenciales como la vida cristiana y la esperanza en la segunda venida de Cristo. Esta carta es clave para entender la relación entre la vida cristiana y la expectativa escatológica en las páginas del Nuevo Testamento, que es un tema recurrente en los Evangelios, especialmente en los discursos de Jesús sobre el fin del siglo y la venida del Hijo del Hombre (por ejemplo, Mateo 24 y 25).

1 Tesalonicenses conecta con los Evangelios de varias maneras:

  1. Enseñanza sobre la segunda venida de Cristo: Así como Jesús predice su venida y el establecimiento del reino de Dios (Mt. 24:30-31; Lc. 21:27-28), Pablo responde a las inquietudes de los tesalonicenses sobre la parusía, asegurando que Cristo vendrá y los muertos en Cristo resucitarán primero (1 Tes. 4:16-18). Este tema está en línea con la expectativa de la venida del Hijo del Hombre en los Evangelios.
  2. Ética del reino: En 1 Tesalonicenses, Pablo exhorta a los creyentes a vivir vidas santas y sobrias mientras esperan la venida del Señor (1 Tes. 4:1-8; 5:1-11), una enseñanza que refleja las parábolas y sermones de Jesús en los Evangelios, donde insta a sus discípulos a estar preparados y a vivir de manera ética mientras esperan el reino de Dios (Lc. 12:35-40; Mt. 25:1-13).
  3. Fe, amor y esperanza: Pablo describe la vida cristiana en términos de estas tres virtudes (1 Tes. 1:3), las cuales son pilares fundamentales también en los Evangelios. Jesús pone gran énfasis en la fe en Dios (Mr. 11:22-24), el amor al prójimo (Mt. 22:37-40) y la esperanza del reino (Mt. 6:33), los cuales son elementos esenciales de su mensaje.

1 Tesalonicenses, por tanto, es importante porque amplía y refuerza las enseñanzas de Jesús presentes en los Evangelios, al aplicar estos principios a una comunidad cristiana en desarrollo. Al hacerlo, proporciona un puente entre el mensaje de los Evangelios y la vida práctica de los primeros creyentes en el contexto de la iglesia primitiva.

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